15 de octubre de 2016

Las Organizaciones y el Capital Humano.

Por   Dryarmand Mendoza.
      Actualmente se experimentan acelerados cambios en todas las dimensiones del quehacer humano, se vive la mayor transformación en la historia de la humanidad.  Todo sistema: político, económico, religioso, familiar, educativo y organizacional están en constante mutación.  El cambio ha transportado a una nueva era el acontecer mundial: la de la información, de la tecnología y del conocimiento.  A esa realidad no escapan las organizaciones en nuestro país.
     Estos acontecimientos han traído como consecuencia el cambio de patrones de referencia en nuestras instituciones públicas y privadas constituyendo un reto para la capacidad de supervivencia y adaptación, lo que obliga a encontrar renovados paradigmas para explicar el mundo laboral y la convivencia social en una organización.  De ahí la necesidad de comprender dichos cambios para poder orientar las funciones gerenciales hacia los resultados esperados y hacia el crecimiento de la organización.
     Davenport (2007) expresa que las funciones gerenciales son un “conjunto de actitudes positivas y de alta calidad que distinguen a una organización bajo la dirección de personas con iniciativa, creatividad, ética y espíritu de cambio.” (p.137).
     De lo anterior desprende que para alcanzar la eficacia en una organización se tiene que ejecutar acciones coordinadas para cumplir con los objetivos y metas propuestas.  Igualmente ser capaz de concebir un ambiente motivante y de provecho de los impulsos individuales y colectivos.  Koontz y Weihrich (2008) “coinciden en la creación de oportunidades mediante varios enfoques y programas para mejorar y dominar los conocimientos y habilidades que tenga el capital humano en pro de un desempeño optimo” (p. 310).
     En tal sentido, hay que considerar el conocimiento como uno de los activos más valioso.  Es interesante el hecho de que aunque en el transcurso del tiempo el conocimiento ha estado presente y se ha administrado, solo hasta ahora se está reconociendo como algo necesario universalmente y se está invirtiendo en el desarrollo del mismo.
     Ahora bien, desde la perspectiva del capital humano “el conocimiento es un proceso, una cultura y una dinámica de la organización que alinea y mide el uso del conocimiento con los objetivos y metas institucionales, transformando a estas en organizaciones que aprenden” (Koulopoulos y Frappaolo 2007), opinan que de esta manera se logra la creación de un ambiente de trabajo caracterizado por un esquema de cooperación y por el desarrollo permanente.  Es así como las personas aplican sus conocimientos y sus experiencias como un equipo sinérgico, capaz de innovar y de transformar sus procesos ante los cambios del entorno.
     Mintzberg (2009) expresa que “el capital humano es el apalancamiento de la sabiduría colectiva para aumentar la capacidad de respuesta y de innovación” (p. 104).  En el mismo orden, Cáceres (2010), manifiesta que “el capital humano en una institución se enriquece con capital emocional”. Goleman (2007) coincide en señalar a “la energía emocional como elemento necesario para la verdadera eficacia y efectividad humana”.  Esta dimensión emocional que complementa al capital humano toma en cuenta las actitudes de compromiso, lealtad, afecto, estima, arraigo, gusto, el “yo quiero”, además del “yo sé” o del “yo puedo” y desde luego, la capacidad de amar del ser humano como energía para transformar y desarrollar competencias.
     Para hablar de capital humano, también hay que mencionar un tercer elemento complementario que es fundamental para enriquecer toda acción que se realice: el aspecto ético-social trascendente que toda institución u organización debe tener en su misión,  visión y en su contribución al bien común y social.
     Como se ha expresado el desarrollo integral del capital humano es fundamental para el logro de las metas y objetivos institucionales, razón por la cual un gerente como persona encargada del logro efectivo y eficiente de las acciones que se realicen en la institución que dirige, tiene la responsabilidad de tratar de aunar esfuerzos y motivar a su capital humano para alcanzar el cumplimiento de las funciones en la medida de las aspiraciones planteadas.

 Referencias bibliográficas:
Cáceres, C. (2010). Gerencia de los recursos humanos. Perú: Fondo de cultura económica.
Davenport, M. (2007). Gerencia contemporánea. México: Mc Graw Hill.
Koontz, H. Weihrich, H. (2008). Administración: Una perspectiva Global. Buenos Aires: Editorial Panapo.
Koulopoulos, J. Frappaolo, A. (2007). Desarrollo de la cultura de su empresa. Madrid: Ediciones Panorama.
Mintzberg, H. (2009). La función gerencial. Leyenda y realidad. USA. Harvard: Bussiness review.


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